Utilidad de las Asociaciones de Comerciantes en 2025

En 2025, las asociaciones de comerciantes enfrentan retos significativos en el comercio local. Reflexionamos sobre su papel y la necesidad de plataformas más flexibles y colaborativas que se adapten a la nueva realidad digital. Los nuevos retos del comercio

COMERCIO

Raul Garcia Serapio

4/18/20252 min read

black blue and yellow textile
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Hace unos días estuve charlando —o más bien contrastando ideas— con FIEL, mi asistente de inteligencia artificial. Lo entrené durante meses con conversaciones reales que he mantenido con agentes de desarrollo local, responsables de comercio, técnicos municipales y comerciantes de a pie. A veces se limita a repetir, otras me lanza preguntas incómodas. Hoy me hizo una de esas.

“Raúl, ¿crees que siguen siendo necesarias las asociaciones de comerciantes?”

Mi primera reacción fue decirle que sí, sin duda. Pero la realidad, como casi siempre, es más compleja. Y como hoy es festivo y probablemente no me lee nadie, aprovecho para ordenar aquí una reflexión personal con café en mano.

El problema no es el “qué”. Es el “cómo”.

Las asociaciones comerciales surgieron con una intención clara: unir a comerciantes para representarlos, ayudarlos, formarlos, protegerlos. Ese propósito sigue siendo hoy más necesario que nunca. El comercio local atraviesa transformaciones profundas, a menudo sin mapa, sin tiempo y con recursos limitados.

Pero lo que falla no es el “para qué”. Lo que ya no encaja es el “cómo”.

Después de más de una década trabajando codo con codo con asociaciones —en capitales de provincia, municipios rurales y zonas comerciales que luchan contra la desertificación— he detectado una desconexión creciente entre las estructuras tradicionales y las necesidades reales del comercio actual.

Cinco síntomas que no deberíamos ignorar

En demasiados casos, lo que encontramos es:

  • Estructuras cerradas que funcionan como clubes, no como redes abiertas.

  • Reuniones eternas que no derivan en acciones concretas.

  • Falta de sintonía con los nuevos perfiles de comerciantes, más digitales, más móviles.

  • Escasez de recursos operativos para ejecutar ideas, incluso las más sencillas.

  • Gestión poco profesionalizada, basada en la buena voluntad, pero sin visión estratégica.

Y sin embargo, los desafíos actuales requieren justo lo contrario:

  • Escuchar al cliente con datos, no con intuiciones.

  • Colaborar de forma ágil, sin burocracias internas.

  • Innovar desde lo local, con herramientas adaptadas al terreno.

  • Representar con legitimidad real a quien está vendiendo cada día a pie de calle.

¿A quién representan si el comercio ya no está ahí?

Lo más paradójico es que, en muchos municipios, los comerciantes más activos están fuera de las asociaciones. ¿Por qué? Porque sienten que ya no les representan. Porque no encuentran valor. Porque no les resuelven problemas reales.

Y no es culpa de nadie. Es un síntoma del cambio de época. El comercio ha mutado. Y las estructuras que no se adaptan… se vacían.

Tal vez sea hora de dejar de salvar estructuras

La pregunta no es “¿cómo salvamos la asociación?”, sino:

¿Qué plataforma flexible, útil, abierta, podemos construir para que el comercio local crezca, coopere y se transforme?

La respuesta no será la misma en todos los territorios. Pero lo que está claro es que necesitamos espacios más líquidos, menos rígidos. Que permitan la participación sin carnet. La acción sin jerarquías. Y que estén al servicio del comercio, no al revés.

¿Tú qué opinas?
¿Sigue teniendo sentido el modelo de asociación? ¿Qué alternativas ves desde tu experiencia?

Reflexión abierta. Las buenas ideas se cocinan en comunidad.